Álvarez-Tamargo, visitó los diez clubes rotarios ubicados en las Islas para comprobar su buena salud y los planes y proyectos en los que trabajan en la actualidad. Para el delegado Rotary en España, lo importante de ser rotario es que la gente sepa que “somos gente buena” e incidió en que “la imagen que debemos dar es la de servicio de los demás”.
-¿Cuál es su labor y qué experiencia posee en la organización?
“El gobernador es el delegado de Rotary Internacional en España, el nexo de unión de la organización con el Distrito 2201 español, que engloba alrededor de 4.000 socios de 75 clubes. Es una elección democrática y se valoran muchas cosas. Indudablemente el curriculum rotario es fundamental y, en mi caso he sido Secretario, Masero (maestro de ceremonias y de protocolo), Presidente de mi club, Asistente del Gobernador seis años en la zona de Madrid, Vicepresidente de la Fundación Rotary, Tesorero y he sido presidente de muchos comités. Evidentemente arrastro bastante experiencia dentro de la organización Rotary como del Distrito en sí, como para que hayan confiado en mí”.
-¿Qué es la organización Rotary y qué labores realiza?
“La organización Rotary es una promesa de valores para el servicio a los más necesitados, mientras haya desigualdad, Rotary tiene que existir y no tiene otro objetivo que acabar con la desigualdad social. En muchos aspectos como organización, luchamos para erradicar enfermedades, el apoyo a la mujer, dar agua a los más desfavorecidos, hay muchos frentes abiertos en los que lucha Rotary Internacional y sus clubes, que son los dedos de Rotary. Mientras haya países cuyos gobiernos no garanticen cobertura a los más desfavorecidos, y sean tan sinvergüenzas de que encima que les mandan medicinas se las quedan para sus clases altas, existiremos. Solucionamos el hambre, la sed y la falta de cualquier necesidad”.
-En el entorno más cercano ¿Cómo actúan habitualmente?
“En primer lugar los clubes se deben fijar en su entorno, porque debemos ayudar a las personas que lo necesitan en nuestra sociedad. También nos juntamos varios clubes para realizar todo tipo de acciones. Por ejemplo, el año pasado dimos agua potable a 36.000 personas en Cajamarca (Perú) o terminamos un proyecto en la región de M’hamid, en la frontera sur de Marruecos, en el cual hemos dado alcantarillado, agua, luz y una escuela. Nosotros somos una organización que debemos detectar los puntos con necesidades e intentar, con nuestras relaciones y con nuestros eventos, financiar las soluciones. Ese es nuestro modo de trabajar, porque entendemos que la desigualdad social es la base que luego origina los fuegos que luego terminan en una guerra o un conflicto social”.
-¿Qué eventos y acciones realizan los clubes y en qué deben focalizarse sus esfuerzos?
“Desde el Distrito apoyamos las acciones de los clubes, pues son ellos quienes hacen los proyectos. En el caso de los cinco clubes de Tenerife están en la fase final de un proyecto de 300.000 euros para algo tan necesario como la adecuación de una área en un hospital para que los niños de oncología tengan un espacio de ocio y donde puedan recibir clases. Los clubes canarios tienen una relación entre ellos maravillosa y no dudan en unirse para hacer proyectos de una relevancia económica terrible que uno solo no podría hacer. Además trabajan en otros proyectos como el apoyo a la mujer, tratamientos a la juventud, han facilitado televisores a diferentes residencias… La ayuda a la mujer y el apoyo a las madres con hijos abandonadas para nosotros es fundamental, y trabajamos en un proyecto interesante en el que buscamos que consigan los conocimientos suficientes en una materia y después una financiación para que puedan ponerlos en práctica. Tenemos activos proyectos sociales de muchos tipos y financiados por los clubes Rotarios y dirigidos, no a hacer beneficencia, sino a enseñarles y dotarles de herramientas para que puedan salir de la situación en la que se encuentra. Nos basamos en el proverbio que dice ‘Regala un pescado a un hombre y le darás alimento para un día, enseñale a pescar y lo alimentarás toda su vida’. En el lago Turkana en Kenia, había 40 mujeres con sus hijos y que no vivían dignamente. Les compramos 20 barcas y unos marineros jubilados les enseñaron a pescar, y ahora esas mujeres tienen una manera de ganarse la vida, han formado una cooperativa y ayudan a otras mujeres a través de la pesca y el posterior consumo y venta de lo que capturan”.
-Rotary es una organización reconocida a nivel mundial por su intervención en diferentes catástrofes ¿Cómo actúan?
“Rotary es una organización con más de cien años de existencia, con 34.000 clubes por prácticamente todo el mundo. Somos aproximadamente 1,7 millones de personas involucradas en este movimiento. Todos estamos interconectados, pues cuando hay una emergencia preguntamos al club más cercano qué necesitan. Normalmente los españoles cuando hay un terremoto mandamos la caja de supervivencia Shelter, un refugio que se desmonta y pueden vivir ocho personas perfectamente, con depuradora de agua, y todo tipo de accesorios para la supervivencia. Otras veces nos piden sangre, vacunas, voluntarios, a nivel global se ayuda. Y no tenemos políticos entre nosotros, si un rotario entra en política pasará a la reserva como rotario, y volverá después a la actividad rotaria. Como estamos formados por profesionales y empresarios cuando hay una catástrofe actuamos. Por ejemplo, en el terremoto de Haití, construimos el primer hospital quirúrgico en la frontera con la República Dominicana, y el único antisísmico, pues entre nosotros hay arquitectos e ingenieros. Contaba con todo lo necesario y un pequeño helipuerto, pues entre los rotaris de todo el mundo hay cirujanos, médicos, enfermeros, que están dispuestos y pueden desplazarse en cualquier momento a realizar ayudas humanitarias. Son proyectos que luego hay que continuarlos y mantenerlos”.
-Uno de los programas más reconocidos por parte de Rotary Internacional ha sido erradicar la Poliomielitis ¿Cómo va la lucha contra esa enfermedad?
“Es nuestro programa corporativo más reconocido. A nivel mundial, desde que empezó el programa Polio-Plus en 1985 de Rotary Internacional, a través de nuestros eventos (cenas, comidas, campeonatos de golf, conciertos) y todas las acciones que supongan recaudar dinero hemos aportado unos 1.400 millones de dólares. De forma voluntaria, han acudido miles de rotarios en toda la historia a vacunar, y han muerto muchos, algunos asesinados, por la complejidad de los propios países en los que vamos a ayudar, que no dejan vacunar a su población”.
-También están cooperando con la Fundación Bill y Melinda Gates para su erradicación
“La Fundación Gates decidió luchar contra la polio y abrió una oferta para que pujaran las ONG que quisieran, nosotros no nos presentamos. Sin embargo, el padre de Will Gates medió para que hablaran con nuestro presidente, Carlos Canseco. “Usted quiere dar 200 millones para luchar contra la polio, nosotros aportaremos otros 200, si no, no los aceptamos”, les dijo. De esta manera, tutelados con la Organización Mundial de la Salud (OMS), colaboramos y trabajamos en evolucionar la vacuna que acabe con la cepa más resistente de la Polio-Plus, que cada dos años muta. No bajaremos la guardia hasta erradicarla”.
-Tienen varios sambenitos que los tachan de elitistas, ultracatólicos… ¿Lo son?
“Somos elitistas pues no queremos en nuestros clubes ningún bicho raro, ni gente que venga a hacer negocio. Si no tienen la sensibilidad para reconocer los problemas, y el corazón para dedicar su tiempo libre a ayudar a los demás y eso, por desgracia, nos ha convertido en una élite. Entendemos que no todo el mundo está dispuesto a admitir esos valores. Nos tachan de elitistas, ultracatólicos, masones.., pero dentro de un club no se habla de política, religión, ni de fútbol, si eso genera una discusión. Aquí no entra una persona que tenga un comportamiento ético y social reprobable y, si lo descubrimos, se le muestra la salida. Ninguno tiene un sueldo, ni siquiera yo como gobernador tengo más importancia que el último socio. Nos reunimos en nuestro tiempo libre y existimos por esos proyectos de servicios sociales que hacemos. Somos gente que nos hemos situado en la vida, unos mejor, otros peor, unos por el camino de la intelectualidad y el estudio, otros por el camino del trabajo. En un club Rotary hay gente de todo tipo, empresarios con medianos o pequeños negocios, funcionarios, empleados, autónomos, pero todos vienen a servir a los más necesitados y aportamos nuestro tiempo y ganas de trabajar. Somos como un puzle donde cada socio tiene una parte importante y puede aportar sus conocimientos. Nuestros médicos, enfermeros, sanitarios, viajan a África, Sudamérica o Asia en su tiempo libre y en sus vacaciones. Nosotros no pedimos la cuenta corriente a nadie, aquí pedimos el corazón, lo importante es el respeto y el prestigio de la sociedad en la que vives, que te reconozcan con un nivel ético y una buena persona en tu profesión y tu familia. Una buena persona encuentra con su tiempo libre, sus conocimientos y la cadena de contactos las ayudas, Rotary no somos especialistas en pedir dinero, nosotros lo generamos con nuestros eventos, por eso es importante la relevancia social del individuo en su entorno. A un rotario le cuesta ser asociado, porque vamos a los eventos a ayudarnos los unos a los otros y hay una cierta reciprocidad entre los clubes. Lo importante de ser rotario es llevar la insignia y que la gente sepa que somos gente buena, y eso es lo fundamental, y la imagen que debemos dar al servicio de los demás”.
-¿Cuál es la implantación de los clubes Rotary en España?
“Los cuarenta años de prohibición durante la dictadura franquista nos ha marcado muchísimo. Veníamos de una tradición, pues el primer club rotario en Europa continental fue el de Madrid y después el de Vigo. En Alemania hay unos 80.000, en Francia 60.000, en Italia 65.000, mientras que en España, somos unos 8.000, 4.000 en nuestro distrito. Canarias cuenta con más de 300 asociados entre los cinco clubes de Tenerife, los tres de Gran Canaria y los dos de Lanzarote. En nuestro sistema no es conveniente un club de 200 personas, pues es difícil de dirigir y que pueda producir acciones positivas. Es preferible clubes de 40 o 50 personas pues hay un trabajo más eficiente, nos implantamos más en la sociedad y se detectan mejor los problemas que hay en su entorno”.
-¿Qué líneas de trabajo propone durante su mandato?
“Buscaremos una mayor intervención de la mujer y mayor implantación de la gente joven, siempre y cuando se reconozca en ellos los valores necesarios. No debemos conformarnos con lo que se ha hecho y debemos seguir mejorando y tener la tranquilidad de que la sociedad Rotary será necesaria mientra haya necesidades en el mundo. También compruebo que los clubes son activos y que respondan a los planes y proyectos que tienen para este año y el futuro”.